viernes, 5 de noviembre de 2010

Fuga el llano, los gritos de los zombis
una repeticion astío, la respuesta equivocada,
la macabra no me entiende, no ha dilusidado la lirica,
me acabo de despedir de sus patillas blancas,
y de las raices de un arbusto espinozo,
el canto de agua del pechito rojo,
de una noche clara y estrellada a la  dormitada intemperie
de un  miercoles duque, fiel hasta la salida
lo deje naranja y cariñoso, antes de que alguien se haga lima,
la pelota de colores rodo, pero el ladron se retuvo, hizo una parte,
los niños se quedaron suplicando, cuando la rueda se detuvo sali del cascajo
tres cables se han alineado en paralelo a mi desconcierto
me siguen insistentes recorriendo los recuerdos,
remontando los peces que ella me nego para siempre
las cuatro se inundan de desierto, los caminos se han revolcado,
en mi toma de liquido imprevisto.