Arrestado por una hora más o menos.
Me detuvieron caminando por el centro.
Su dni por favor! -No lo traigo -Tiene que acompañarme a la
comisaria.
– Pero ¿Por qué?, yo solo estoy caminando, ¡tengo que hacer! jefe.
–Lo siento, la ley dice…
(Pendejo desde cuando esa mierda importa. Esa solo está hecha para
los que no tenemos medios en este bacanal, porque para los dueños del mundo y
de las fuerzas armadas y desarmadas, los dueños de los que han fabricado esta
realidad hasta el culo, es una completa metida de dedo, ellos pueden: robar,
matar, abusar y tirarse a cuanta ley y mandamiento se inventen para controlarnos).
¡Más allá están robando y a mí me viene a joder!
-Vamos, acompáñeme no se ponga insolente que va a ser peor.
No sé, si esta fue una experiencia de la mierda, pura pérdida de
tiempo. Pero ¡ya que! acompañe al gordito a que haga su comisión del día, para
que, el fue hasta cierto punto amable, derrepente también está harto de tanta
estupidez igual, pero ya lo uniformaron, ya tiene unos años de reputación que
tiene que cuidar y varias bocas que alimentar. Si supiera que nada de eso le va
a valer cuando lo jubilen, le den un sueldito de miseria y se de cuenta que ha
dado su “Vida Entera” Sacrificada en Servicio de Una Puta Ley. O tal vez ya lo
sabe y tiene un as bajo la manga. Tal vez estudios rigurosos de un banco o el
seguimiento exhaustivo de alguien que tiene para pagar un rescate jugoso, o la
compraventa de algo que se puede perder incidentalmente por ahí.
¿Quién sabe? Parecía resignado.
Debí haber corrido, lo pensé mas de una vez, ese tío gordito no me
alcanzaba, pero era medio día y había gente por todos lados y ¡las cámaras! esa
tecnología que te venden y que supuestamente te va a dar estatus, son un engaño
más que encima pagas para tener, es un cague de risa, te meten miedo, es eso. Y
con el miedo los tentáculos de este poder que solo sirve para matar tu lado
humano, te tienen bajo control.
Además quería ver la comisaria por dentro, así en calidad de
desposeído, de marginal, de supuesto delincuente, que roba solo para comer y
seguir con el vicio que fuera. Hipócritas de mierda, ¡todos tienen vicios! Y juzgan
¡lo único que saben es juzgar! Todos opinan sobre los demás y no ven sus
propios errores. Esos tíos de “Yo soy” por ejemplo. Son “seres perfectos” que
califican a los imperfectos que hacen fila para encajar en su cojudez. Clones
con calificación de sobresalientes. Estrellita en la frente, incluida.
Llegamos y en el pequeño patio estaban regados varios detenidos. A
simple vista se distinguían tres grupos distintos.
Siempre esa tendencia a catalogar.
Estaban ellos, armando un poco de barullo, los mas salsas, los más
jóvenes, los que tenían esa pinta que la vida te deja dibujada en el rostro, tu
sabes, cuando de niño has sido explotado y abusado y no te queda otra, porque
tampoco la conoces. No sabes lo que es una caricia de una madre, de un padre, una
caricia de alguien, un poco de calor y compasión para ese frio corazón que está
creciendo en tu pecho. Alguien que da amor porque a él también se lo han dado y
que todo es un círculo vicioso y que todo esto es un síntoma más, de una
sociedad completamente enferma. Pero por supuesto que a “los menos” no les conviene
sanar.
Entonces estaban así: compartiendo frases de pendejos y causas, hablando
fuerte, casi gritando sus notas de inadaptados, compartiendo un cigarrito a
medio día, un preludio para lo que se vendrá más tarde, el pastel (p.b.c.) ya
debe estar saliendo calientito a estas horas en la casa rosada. Puta creo que
ya no hay ahí, la han cerrado hace un tiempo, el negocio se ha diversificado,
se ha descentralizado, ahora se ha ido por algunas casas de los distritos mas
pendejos.
–Oe ya pe, estamos aquí
desde las nueve! Ya son las cuatros horas!
- ¡Silencio, conchatumadre! yo te conozco, deja de hablar tan
fuerte, si no ahorita bajo y te saco la mierda. Ya sabes!
El dedo amenazador y fascista, el índice se erecto para hacer
constar que hay un poder oculto que te dice que si no obedeces, serás acreedor
de toda una larga lista de x. Excomulgado, expatriado, ex aceptado, ex humano.
Todo se quedo en silencio por un momento, pero la calle es la
mejor escuela, y lo que se aprende primero es a no quedarte, porque si no te
atrasan. Por eso unos segundos después que se largo el uniformado se reorganizo
la conversa, un poco más calmada, pero igual la esencia estaba ahí, ya era hora
de la próxima dosis.
Los otros, (el otro grupo) estaban sentados al lado de los
primeros, algunos participaban de la conversa, pero con menos brío. Uno improvisó
una cama en un cuartito que estaba bajo unas gradas y desde ahí soltaba algunas
frases apoyando, sobre todo las quejas. Habían también un par que solo estaban ahí,
se notaba que ya no tenían ganas de nada, ni siquiera de escuchar, sus oídos se
habían quedado atrapados en una melodía rancia y monótona, viejos por tanto
alcohol y tanta mierda que les ha tocado experimentar, se quedaban mirando al
suelo cabizbajos, resaqueados, no les importaría estar ahí todo el día. Que
chucha, que chucha, las calles también están hechas de ese mismo material: el
cemento, que ha invadido al mundo entero como una costra enferma donde no puede
crecer nada, solo nosotros, esto es muy extraño. ¿Qué somos?
No, no les importaría estar así todo el día, pero el vicio muerde
aun en esos pellejos magros y cuarteados por el sol, pronto la sed será tal,
que los despertara de esa muerte y tendrán que ir a buscar más de lo mismo, mas
de esa rutina que los ha consignado a una suerte de zombis dependientes. No les
veo mucha diferencia de esos que te meten en los ojos desde sus pantallas, el
despertar de los muertos, cuya única razón de ser es chupar cerebros de los que
están aun sintiendo algo.
Y luego estaba el tercer grupo, éran la mayoría estudiantes con
celular y tecnología, con mochila, ropa limpia y planchada, bien bañaditos pero
con un poquito de mala suerte a esa hora y en ese lugar, un poco con miedo, los
mas chibolos. Entre ellos camuflado, yo no soy.
–Pero tengo derecho a una llamada por ley! ¡Eso lo escuche en la
televisión!–Así es, pero aquí no hay. Si quiere llamar, va a venir un oficial
para que lo acompañe a un teléfono público.
Tengo crédito, a china la llamada. No quieres una mamada también.
Ya, ya, ¿hasta que hora voy a estar aquí?, tengo que hacer, soy
importante, tengo que hacer un trabajo para la U, yo tengo que hacer unos
videítos.
¡Estos no! estos si son faites, ¡porque los dejan salir!
-¡Se les está advirtiendo, carguen su dni, se van a evitar muchas
molestias! ¡Por ley son cuatro horas de detención!
-Por que no te metes esta por el culo.
-¡A ver, tres filas, como en el colegio! ¡Dejen su nombre completo
a la señorita oficial, con su cara de culo, también!
-Tenemos que verificar en el sistema, si no tienen antecedentes.
Lo único que hay que hacer es obedecer por obedecer, así te evitas
tanta…
Sin chistar te vamos a insertar un microchip en el cerebro, va a
ser por tu propia seguridad.
¿Esta bien? No puedes decir que para nosotros, no eres lo mas
importante.
Entonces, esbozó esa sonrisa cojuda en el rostro, igualita a la
del Dr. Tv, que lo tenían encendido en ese preciso momento en una de sus
pantallas.
Ese que te dice lo mismo, que le interesas pero solo quiere
venderte y venderte, la caca que sus amos producen.
Pero por ahora solo querían este pedacito rectangular de plástico celeste
que vale más que la palabra de uno. Solo querían verlo, tocarlo, sobarlo, me
pregunto si ¿esto los excita?
Tenían que cumplir con dieciséis arrestos del medio día para poder
ir a almorzar tranquilos lo que ese seudo gringo de mierda, ese del Dr. Tv les
ha recomendado con mucha gentileza y generosidad.
¡Provecho!