viernes, 26 de octubre de 2012

Este ruido agudo y monótono se clava en los cien espejos,
el castrado ha venido ha invadir la casa de los ancestros
la  fumiga con posibilidades oscuras y enfermizas,
usa como pretexto a algunas criaturas divinas
cuya apariencia ha sembrado el temor entre los cabezas robadas,
las religiones que se amarran en el miedo para seguir con su peligrosa existencia,
La luz roja brota de mi palma derecha
mientras se ve que descargas muchas canciones en la entrada privada de mi corteza hecha de sonido,
de mi interna sonoridad sacas palabras mal habladas,
en cuenta regresiva debo esperar que la maquina procese este mal sabor en la boca,
este insecto que se clava donde están las imágenes perpetuas,
con sus patas dibuja entre mis cavilaciones una forma impenetrable,
recuerdo que tengo que estar agrandando las letras para que puedas entender lo que no quiero decirte,
si estas desprendida en la cañada súbita de este mal de ojo
tratas de auscultar a la serpiente dorada que ayer se refugio en mi.
No me animo a compartirlo todo, tengo algo que aprieta mi corazón,
sera la garganta, el sudor en las manos, el recuerdo de volar bajo,
para que mas, si esto es lo que quiero,
las balas venían directo hacia mi pecho
y derrepente solo eran pequeñas descargas de luz
que no me tocaban.

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